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prueba

yo el 24-06-2009, 20:46 (UTC)

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DEJAD QUE LAS MARCAS SE ACERQUEN A MÍ

Williamson y el año de las colaboraciones el 03-06-2009, 11:39 (UTC)

Hace unos días The Wall Street Journal se atrevía con un pequeño experimento en el que escondían entre burros que comprendían las colecciones de Comme...

Hace unos días The Wall Street Journal se atrevía con un pequeño experimento en el que escondían entre burros que comprendían las colecciones de Comme des Garçons y Roberto Cavalli para H&M con prendas de Behnaz Sarafpour y Thakoon Panichgul para Target, un vestido de este último valorado en 1,500$ para ver si dos expertos en moda podían encontrar la pieza adquirida en Barneys o no. Vamos, encontrar una aguja en un pajar. La prueba, aunque no diera un resultado fiable (uno de ellos acertó, el otro no) deja al descubierto una pregunta, ¿a quién le importa en estos momentos diferenciar la calidad de ambas piezas?

Obviamente no hablaremos de su construcción, el cuidado, los materiales y todo el trabajo que conlleva una pieza, digamos, superior de una colaboración con una marca de gran acceso. Pero en medio mundo empiezan ya a adquirirse las primeras piezas de Matthew Williamson para H&M, y ésta es sólo la última de una excesiva lista de diseñadores de pasarela que en los últimos meses, ya sin contar años, han colaborado con algún tipo de marca o han creado sus segundas (y terceras) líneas, con tal de acercarse todo lo posible al comprador. Son tantas, que el furor se va desvaneciendo.

Porque antes del clima económico en el que nos hallamos, todos alababan a estas marcas por acercar al gran público diseñadores precisamente alejados de la calle y la posibilidad que a éstos se les daba de hacer una colección más ‘comercial’ (pese a que todas las colecciones sean comerciales en sí). ¿Pero que pasa cuando estas piezas adquieren un valor por sí mismas? Cuando adquirir una pieza hecha de Karl Lagerfeld para H&M supone la posibilidad de tener una pieza que, aunque accesible a todo el mundo, sea exclusiva por su carácter ultralimitado. Pocas piezas en una base de que el primero que llega se lo lleva. Cuándo conseguirlo está al servicio de ‘ser cool’ y deja de aparentar un ‘servicio a la comunidad’.

De hecho si estuviéramos en cualquier otro momento, y no en el que llevamos anclados más de un año, hablaríamos de cierto público que acude medio llevado por la curiosidad o por la admiración hacia ese diseñador. Pero desde que las celebrities se dignan a llevar las piezas, antes que nadie incluso, aquellos que podían plantearse pagar líneas superiores han roto la barrera, permitiendo que estas colecciones en sí sean objeto de deseo. Al fin y al cabo hasta los que más tienen pueden llegar a gastar menos. Son piezas que no están hechas para durar más de una temporada, pero por los precios que estas adquieren en portales de subastas como eBay (aún siendo vintage), no es tan seguro que, de momento, pierdan su valor.

Así que con todo el furor que levantan en Internet y el alivio para algunas carteras que soñaron con tener piezas de sus creadores favoritos, está claro que las líneas de difusión son algo con lo que todo el mundo sale ganando. Y si nos hemos de preocupar de la calidad de los materiales, permítanme adelantarme y decir que pocos de los que hacen cola se lo han planteado, ni lo harán.

Y es que, calidad o no, al final es mejor tener la visión, el savoir faire y, si, la firma de Williamson y que gracias a una marca como H&M la etiqueta no llegue a las cuatro cifras, que llegue cualquier marca y haga su 'interpretación' de la prenda en sí. Así que podemos alegrarnos que si hacemos caso a la tendencia no serán las últimas colaboraciones que veremos, pero al menos estas podrán decir, sin palabras, yo supe sobrevivir a la crisis.

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